jueves, 1 de septiembre de 2011

Entrevistas Laborales: Consejos para pensar las Competencias

Hoy en día, en recursos humanos, especialmente en el área de selección se trabaja el concepto de “competencias”. Una competencia es “una capacidad efectiva para llevar acabo exitosamente una actividad laboral plenamente identificada” (OIT)

Básicamente son las características deseables en el empleado en un puesto determinado. Para esto se arma el perfil. Este perfil se compone tanto de lo que se necesita para cumplir el rol, sino que también de las características para encajar en la empresa particular que está contratando como así en el grupo al que va a pertenecer, ya sean los pares , superiores y colaboradores. En un representante comercial se buscaran ciertas competencias, pero habría algunas diferencias si se trata de una pyme o de una multinacional. Pero, incluso, aunque se trate de dos empresas similares, pueden realizarse perfiles diferentes, si por ejemplo, los jefes al que deban reportar tienen estilos diferentes. No es lo mismo estar bajo un jefe que no supervisa y te deja librado a tu parecer, que ante uno que no deja que se le escape nada.

Ejemplos de competencias más “comunes”: pensamiento analítico, pensamiento sintético, organización, planificación, trabajo en equipo, liderazgo, orientación al cliente, orientación a resultados, persuasión, iniciativa o proactividad, autocontrol, identificación con la empresa. 

Lo primero que hay que hacer es detenerse a pensar cuáles son nuestras competencias. En qué somos buenos y en que no tanto. Algunas personas no son muy objetivas haciendo una evaluación de ellas mismas. Por eso la mejor manera, es pensar situaciones específicas en las cuales las cosas nos salen bien y en las que no nos sentimos tan cómodos.

Para poder hacer esto, es bueno leer bien los anuncios de empleos. Uno se va familiarizando con los requisitos que piden y así ir cotejándolos con las herramientas propias. En los anuncios por internet que suelen ser extensos (a comparación de un aviso clasificado) suelen ser muy específicos a la hora de poner requisitos.

Un buen ejercicio: para cada requisito que el puesto solicite pensar diferentes situaciones de la propia experiencia que demuestren que uno tiene esa habilidad.
Por ejemplo, el anuncio pide una personalidad “proactiva”.
Una secretaria puede contar “trabajé con un gerente que era muy desorganizado, así que planee un sistema para recordarle sus compromisos y una forma fácil y rápida de organizar sus archivos y documentación” “Implementé  una manera de filtrar los llamados para las distintas áreas y no se perdieran, aumentando la satisfacción de los clientes”
Un comercial podrá contar que “Una vez entré a una empresa que recién comenzaba, así que armé un archivo dinámico enviándolo por mail en forma sistemática, publiqué en varias páginas de avisos en internet… fui armando una estrategia publicitaria on-line”
Un gerente comentará como “cuando asumí el puesto de mi actual trabajo, había un descontento generalizado de los colaboradores, por lo tanto, implementé un sistema de recompensas y premios, de manera que no solo se recompuso el ánimo de los trabajadores, sino que se genero un excelente clima de trabajo grupal que influyo en el aumento de producción”

La clave es pensar situaciones concretas y poder contar que es lo que uno hizo puntualmente, cuál era el problema a encarar, que fue lo que uno llevo a cabo específicamente y cuáles fueron los resultados. Si no tenés experiencia laboral, no importa. Podés recurrir a situaciones como estudiante, o de hobbies y deportes.   

Todo esto previo a la entrevista. La idea es ensayar, ubicar las situaciones, tener una idea de que decir. Pero no ir con un discurso aprendido de memoria. Si uno va con un discurso aprendido, escupe lo que se memorizó, sin responder realmente las preguntas del entrevistador. En el momento de la entrevista, uno tiene que dejarse llevar y mostrarse tal cual es.

Lic. Lorena Estevez

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