De repente, nos encontramos
con que el bebé llora desconsoladamente durante el día, sin motivo aparente. O
que, venía durmiendo más o menos bien, y comienza a despertarse mucho más a la
noche, y se calma automáticamente con la presencia de la mamá. También ante
personas algo conocidas o extrañas, comienza un llanto desesperado que no se lo
puede calmar, cuando antes le sonreía a todos.
Fue Spitz quien la nombra
“Angustia del Octavo Mes”, pero en todas las teorías hay alguna referencia
sobre este periodo tan importante. En Psicoanálisis, Lacan ubica el periodo del
espejo, momento en el cual es bebé comienza a percibirse como una persona, con
una imagen completa de sí mismo; Winnicot sitúa los fenómenos u objetos transicionales;
Freud se detuvo en la manera de elaborar la separación con la madre, mediante
el juego del “Fort Da” (cuando los nenes tiran los juguetes y esto los divierte
mucho). En la Teoría de Psicología Genetica, para Piaget tiene que ver con que se
empieza a construir la noción de conservación del objeto.
Básicamente es el momento
que el niño desde el punto de vista de la inteligencia comienza a tener cierta
noción de objeto permanente, pero no está todavía totalmente constituida. Es
decir, que hasta ese momento, cuando los objetos desaparecen de su vista, dejan
de existir. No los tiene presentes. Pero a medida que va madurando, comienza a
regir la noción que el objeto existe por fuera de la propia persona. Sin
embargo, todavía no puede pensar o
anticipar qué pasa con los objetos que no están presentes.
Desde el punto de vista
emocional, el bebé se empieza a dar cuanta que la madre no es parte de sí
mismo, que tiene una independencia. No es que aparece cada vez que se la desea.
Y si puede no estar, puede no volver. Por lo tanto, esto genera mucha angustia.
Esa “cosa” llamada mamá que tanto quiere y necesita puede desaparecer y no
volver. Cuando no está presente, no sabe qué le paso a la mamá. Es por eso que
empieza una etapa en que se vuelven más “mameros”, que lloran cuando la mamá se
va (y antes no pasaba), o cuando ven a un extraño que les recuerda que no es la
mamá.
Se llama del Octavo Mes
porque Spitz quien hizo sus observaciones en 1965. Pero en general comienza antes, a muchos
bebés a los 6 meses ya se le notan algunos signos. Puede durar semanas. Pero
también puede pasar desapercibido.
Lo que hay que recordar:
- Es una etapa normal, y necesaria (aunque no se note, el bebé puede haber pasado por esto) para el desarrollo psicológico del bebé.
- No hay que angustiarse por demás. Esto solo va a incrementar la angustia del hijo.
- Hay que respetarlo, si no quiere ir con alguien que no conoce, no obligarlo. Dejar que se vaya soltando frente a los demás, darle un poco de tiempo. Decirles a los familiares o amigos que no lo tomen a mal.
- Estar dispuesta a “estar” más en esta etapa, abrazarlo, darle seguridad, no se lo va a malcriar por hacerle un poco más de upa en esta etapa. Pero también es bueno, si es que la mama no trabaja, que pueda dejarlo cada tanto con otra persona.
- Aunque las despedidas sean más “ruidosas” saludarlo cuando la mamá se va y decirle que se va a trabajar (o lo que sea) y que va a volver. Tratar de hacerlo con buen humor, jugando, con una sonrisa. Un juego posible es salir y volver a aparecer por la puerta con una sonrisa, volver hacerlo hasta un total de 3 veces. No más. Y avisar cuando es la última. Muchas veces parece más simple “escaparse” mientras no se da cuenta o duerme, pero esto aumenta la angustia que la mamá puede desaparecer en cualquier momento ya que confirma sus miedos.
- Favorecer los juegos que ayudan a elaborar esta etapa, los famosos “Aca toy.No toy”, escondiéndose con las manos o con una manta, dejar que el bebé sea quien se esconde.
- Favorecer un muñeco favorito o mantita, lo que sería unobjeto o fenómeno transicional.
Lic. Lorena Luz Estevez
Foto:
http://www.flickr.com/martinpedros